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El viernes día 27 de julio pudimos vivir uno de los fenómenos astronómicos más importantes: el eclipse lunar más largo del siglo.

Este evento ha traído muchas explicaciones, supersticiones y fantasías en cuanto a la influencia “esotérica” de esta luna de sangre sobre los seres humanos. Ahí tiene mucho que decir la astrología, la ciencia que estudia la relación con la naturaleza interna, los 12 signos zodiacales que representan los aspectos humanos que se desarrollan en la tierra y lo externo de las cosas representados por los planetas de nuestro sistema solar.

Los astrólogos utilizan cálculos matemáticos para establecer las coordenadas adecuadas, calculando la posición de los planetas y viendo cómo estos se relacionan con las predisposiciones personales de cada individuo.

La manipulación de la eclipse La eclipse de luna nos muestra la cara oculta de las emociones y la realidad sin ningún filtro. Llegó la hora de la verdad. Ante estas noticias sensacionalistas sobre este eclipse me hago varias reflexiones que me gustaría compartir con mucho respeto: después de tanto “trabajo” espiritual que llevamos haciendo desde mucho antes de la llegada del famoso 2012, ¿no serán más leves sus efluvios catastróficos de la luna de sangre? ¿Todo el crecimiento personal no debería ser una buena base para asimilar lo que somos con armonía y equilibro?

Ya que todos somos creadores de la realidad y podemos trascenderla en positivo, ¿no será esta eclipse un leve recordatorio de que no debemos olvidarnos de ser esos artesanos de nuestra vida?

Yo creo mi realidad Demasiados mercaderes y manipuladores espirituales que solo buscan likes en las redes sociales y utilizar la energía del miedo de las almas cándidas (gracias Sister) para tener más poder y fuerza. No todo lo que hay espiritual, realmente lo es y es de Luz. No todo lo material es oscuro.

Ya es la hora de poner de manifiesto lo que siento, percibo, me late desde lo más profundo del mi esencia, discernir la paja del grano e identificar lo que a mí me resulta útil y válido.

Por qué a todos no nos sirve lo mismo y lo que para uno es maravilloso para otro no lo es. Así de simple. Sentir y conectarnos con nosotros en lo íntimo y personal. La eclipse nos da tendencias, predisposiciones, pero la última palabra la tengo YO.

Ana Hatun Sonqo