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En la actualidad hay un gran movimiento femenino que reivindica sus derechos, recupera rituales, tradiciones y promocionan sus círculos donde comparten actividades y evolución. Estamos recuperando el legado ancestral de la mujer sagrada, algo que es inherentemente femenino, nos pertenece.

Hasta aquí, bien, correcto, pero hace unos meses me hizo saltar la alerta en una conferencia ante más de 300 personas donde un caballero del público me hacia una reflexión sobre los movimientos actuales de las mujeres, el sentimiento de” desprecio” que sentía por parte de las mujeres hacia los hombres y la superioridad de lo femenino sobre lo masculino.

Sobre todo, lo que más me llamo la atención fue su pregunta, directa y sincera: 

¿Que tengo que hacer como hombre?

¿Como me debo comportar?

¿En que lugar me coloco?.

Me dejó atónita.

No es una reacción común entre los representantes masculinos exponer un tema tan íntimo y más en público. Con toda sinceridad le respondí como pude, pero me quedo un mal sabor de boca que fui cotejando hasta llegar a las siguientes conclusiones.

 

Unidos y diferentes:

He percibido como muchos hombres se sienten fuera de lugar en la actualidad. Demasiados. La conferencia tan solo fue la plataforma para hacer un estudio de campo más exhaustivo sobre las relaciones, y el papel que tenemos en la actualidad hombres y mujeres.

Históricamente llevamos muchas cargas. Los hombres inconscientemente viven un “sueño” donde creen que son superiores desarrollándose en unas características afines a su naturaleza: activos, racionales, analíticos, fuertes, voluntariosos, accionados en la materia, etc.

Las mujeres perciben su “sueño” y su realidad de forma totalmente antagónica:  receptivas, intuitivas, sensibles, sentimentales, unitivas, de conocimiento directo sin pasar por el proceso racional, etc.  Somos completamente diferentes en todo; física, mental y emocionalmente, pero... somos perfectamente complementarios y afines.

Nuestros valores están ligados a los hemisferios cerebrales; los hombres al izquierdo y a la energía de la acción y las mujeres al derecho y a la energía del corazón. 

Genocidio de la pareja sagrada:

El lugar que debe recuperar el hombre está completamente ligado al comportamiento de la mujer. Con esto no queremos decir que las féminas no deban tener sus derechos, integración, sociabilidad e igualdad, para nada. Lo que queremos decir es que las mujeres deben tener un comportamiento afín a su naturaleza, características y funcionalidad cerebral. Uno de los graves errores del feminismo ha sido querer ser un hombre y adoptar una conducta masculina.

Todo ello es una manipulación hacia la pareja. Nuestras hogueras de la inquisición es querer ser igual que un hombre. Esa aparente liberación, te induce a incorporar patrones masculinos como la competitividad, agresividad, rivalidad, sentir asco de nuestra menstruación, escalar posiciones de éxito, etc. Eso es atentar contra la mujer y el hombre.

Es el genocidio de la humanidad y de la esencia sagrada de la pareja. Cuando veo por tv las mujeres que están introducidas en la política, percibo un hombre vestido en un cuerpo de mujer totalmente esclavizada por unas formas contrarias a su naturaleza. Una representante de lo femenino JAMÁS actuaria como un hombre.

 

Ábrete corazón:

Reuniones, encuentros, círculos de mujeres... Sí, pero con ellos. Los hombres están reclamando la necesidad de tener mujeres a su lado. El trabajo de la afirmación femenina es muy delicado y detrás de todo ello también hay la sombra de la manipulación.

Estamos separándonos, ya es el momento de integrar a nuestros maestros los hombres. Nosotras ya hemos perdonado, si no lo hiciste, muévete ya, porque es la hora de caminar juntos.

Las mujeres somos conciliadoras, unitivas, acogedoras... ¿Que estamos haciendo apartando a los hombres? Y nuestros hombres reclaman mujeres. Es tarea femenina estar en el lugar que nos corresponde. Enseñar. Compartir. Y abrir el corazón, como jamás se hizo. ¿Como vamos a dar aquello que no liberamos?. Ellos, llevan una carga enorme, paralizados emocional y sentimentalmente, pero con una ansia profunda de dar un no sé que, como, ni de que manera. Para finalizar, respondiendo a las preguntas del principio del escrito; ¿Que tienen que hacer los hombres en este momento? 

Abrir su corazón y dejarse influenciar por las mujeres. Y puntualizo, por representantes femeninas que ya han hecho camino, aquellas que llevan medallas y galones. ¿Como se deben comportar los hombres? Asentando la energía masculina con dirección, cambio, control, etc., para dar forma materialmente a este mundo.

Ambas energías, femenina y masculina son necesarias, equilibrantes y complementarias. ¿En que lugar me coloco como hombre? En el de consorte de lo Sagrado, el chamán que honra la Tierra y a todas las mujeres.

En todo hombre hay un chamán que transforma las heridas del poder en amor, que busca a su representante femenina para que le enseñe el camino de la unión donde juntos se re- crean en una nueva pareja, aquella que libera los errores ancestrales y asienta la sanación de las relaciones presentes y futuras.