Image

Bueno, hay una cita ineludible a la cual todos iremos en algún momento: la muerte. Tengo miedo a morir. En este programa vamos a tratar un tema muy delicado que quizás pueda generar susceptibilidad. Lo que ocurre es que algún día todos llegaremos a la muerte, y la verdad es que hemos tenido diferentes personas que nos han pedido especialmente que hablemos de este miedo. Tengo miedo a morir.

Para los amigos del tiempo del jaguar, vamos a exponer un poco de dónde puede venir todo esto y también explicar el tránsito que tenemos de la vida a la muerte. Cuando una persona tiene miedo a morir, básicamente es porque se identifica mucho con lo que ha creado, ha reforzado tanto su apariencia física y está tan conectado con lo que ocurre aquí en la tierra y, sobre todo, con su propia imagen. Internamente, existe una creencia fuerte de que cuando todo acabe aquí, habrá acabado todo y no será nada. Y todo lo contrario es cierto: realmente, cuando experimentamos una expansión o una gran liberación, es cuando morimos, porque ahí nuestro espíritu es completamente infinito.

Ahora estamos en un cuerpo físico, que es un cascarón, un vestido. Interiormente, tenemos el alma, ese espíritu que está dentro de este cuerpo. Y en los límites, en los confines del cuerpo, el espíritu se mantiene en una prisión. Porque no nos engañemos, amigo/a, aquí en la tierra venimos a hacer muchísimas cosas. No solo venimos a ser felices, a tener grandes enseñanzas, a progresar, sino que también venimos a vivir muchas experiencias y situaciones complicadas, difíciles. Y a veces, para nuestro entendimiento material, no logramos comprenderlas, nos cuesta mucho entenderlas.

Estas son las pruebas que probablemente hemos dejado incompletas en otras vidas. Y al venir aquí a la tierra y encarnar en un cuerpo, nuestro interior, que es el espíritu, el alma, sigue y continúa toda su travesía de aprendizajes y situaciones. Y a veces, temas que han quedado a medias. Venimos aquí a cerrarlos, a completarlos. Y eso muchas veces no es agradable.

Por eso, cuando llegamos aquí a la tierra, y mucha alegría no reciben, venimos del seno materno, salimos al exterior de nuestra madre. Y ahí es cuando, de una manera, el espíritu, el alma, ya se coloca plenamente dentro de nosotros. Y ahí es cuando comienza toda la travesía de la vida hasta el momento en que explicamos hasta el último aliento. Donde el espíritu es libre y entra en otro espacio donde todo lo sabe, todo lo conoce. Ya no tiene esa prisión, esos límites corporales. Tiene que habituarse a otro tipo de estado. Y cuando lo hace y entra en ello, hay mucha satisfacción, mucha tranquilidad, mucha paz. Hay libertad, esa libertad que tantas veces ansiamos.

El motivo por el cual tienes miedo a morir es porque crees que no hay nada, es porque crees que contigo todo acaba. Y nunca acaba nada, porque nosotros somos infinitos, somos perpetuos, somos para lo abarcamos todo, y además, aquellas personas que han estado con nosotros en la vida, aquellos que nos aman, aquellos que han tenido relaciones con nosotros, aquellos seres que han compartido, ellos nos recuerdan y también de alguna manera estamos presentes en ellos.

Y de alguna forma, podríamos decir que prevalece nuestra propia vida en la vida de todas esas personas. Y eso, de alguna forma, nos da una buena energía o unas frecuencias de amor hermosas cuando estamos en ese tránsito espiritual donde estamos completamente libres.

Este miedo a la muerte es muy antiguo y viene desde los inicios de la humanidad, cuando estábamos en las cuevas, en las tabernas, o cuando podíamos ver el cadáver, no ese cascarón que estaba sin vida. Ahí se empezaron a forjar una serie de creencias, supersticiones, controles y manipulaciones, de que esa parte no desaparecía, sino que se quedaba y de alguna manera podía castigarnos.

Ahí empezaron a surgir los dioses y todas las figuras sagradas, no solo las buenas, bondadosas, que nos ayudan y nos brindan un amor incondicional, sino también las partes malas que están allí para tentarnos con cosas negativas y buscar cualquier mínimo detalle para que las cosas salgan mal en la vida.

Todo esto, ligado a algunas disciplinas religiosas, tiene mucho que ver con ese miedo a morir. Algunos especialistas en antropología y teología afirman que la mayor capacidad de manipulación que puede existir se encuentra a través de una religión, una fórmula o una línea esotérica espiritual, donde se utiliza todo este conjunto para reprimir a las personas en ese miedo a la muerte. Y la consecuencia que puede haber posteriormente es que este tema nos puede dar mucho para reflexionar.

En otras ocasiones, también esa persona puede tener una huella espiritual. Nosotros llamamos huella espiritual a ese recuerdo que principalmente se produce en nuestra vida anterior a esta, es decir, la encarnación que tuvimos antes de esta vida. En esa encarnación, hay una influencia muy fuerte, y a veces esa influencia puede estar relacionada con otras vidas en las cuales se han vivido situaciones similares porque no hemos aprendido. Como sabemos, la vida es tan generosa que cuando no aprendemos la lección, nos la repite una y otra vez, hasta que al final, a veces por agotamiento, dejamos que todo ocurra como tiene que ocurrir. Y es entonces cuando aprendemos.

Todo eso puede venir de una vida en la cual experimentamos una muerte antinatural, una muerte violenta, una experiencia negativa que nos marcó profundamente. Y esa es la huella espiritual que tenemos en este momento, y que está relacionada con un miedo ancestral a esa muerte, condicionando en exceso nuestra vida actual.

Todo esto tiene mucho que ver con otros planos, con otras vidas, con otros confines en los cuales el chamanismo profundiza y busca soluciones para dar armonía y poner orden en aquello que ya acabó. Y también proporciona la energía necesaria en esta vida para que la persona esté plena, feliz y recorriendo un camino de amor, alegría y, sobre todo, de evolución, que es la propia vida, hermoso tema la vida.